Santoral: San Zacarías, profeta

Santoral: San Zacarías, profeta

Viernes 6 de septiembre: Zacarías, profeta y santo del Antiguo Testamento, es uno de los 12 profetas menores. Anunció la llegada del Mesías.


Zacarías, sacerdote, profeta de Jerusalén y el undécimo de los Doce Profetas Menores, fue una figura clave tras el exilio babilónico, período en que los judíos fueron llevados cautivos por el rey Nabucodonosor II a Babilonia, en el siglo VI a.C. Su influencia se remonta al año 520 a.C., durante el reinado de Darío I, cuando recibió las visiones que forman parte del libro bíblico que lleva su nombre.

Sus revelaciones ofrecieron consuelo al pueblo de Israel al anunciar la llegada del Mesías, en un contexto de decepción tras su retorno del exilio. Una de las profecías más destacadas de Zacarías, recogida en el capítulo 9, versículo 9, predice la llegada de un rey justo y humilde, montado en un asno. Esta visión ha sido asociada en los evangelios con la entrada de Jesús en Jerusalén, evento que dio origen a la celebración del Domingo de Ramos.

Aunque algunos textos bíblicos sugieren que Zacarías murió como mártir a manos del rey Joás, se cree que esta referencia podría corresponder a un sacerdote del siglo IX a.C. Los últimos capítulos de su libro (9-14) son atribuidos a otros autores, redactados probablemente entre los siglos V y III a.C.


 

Fuente: Ökumenisches Heiligenlexikon.
Imagen: Fragmento de «El profeta Zacarías», fresco en la Capilla Sixtina (1508-1512), por Miguel Ángel.

 

La santa del día: Santa Teresa de Calcuta

La santa del día: Santa Teresa de Calcuta

Jueves 5 de septiembre: Santa Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, dedicó su vida a los más pobres.


Un 26 de agosto de 1910 en Skopie, capital de la actual Macedonia del Norte, nace Agnes Gonxha Bojaxhiu, futura Madre Teresa. Creció en un hogar amoroso junto a sus padres Nikola y Drana y sus tres hermanos. Dos de sus hermanos fallecieron en la infancia, y la familia sufrió una dura pérdida cuando su padre murió repentinamente en 1918. A los 12 años, Gonxha sintió un llamado a servir a los pobres, y a los 18 decidió unirse a las Hermanas de Loreto en Irlanda, con el propósito de servir en India.

En 1929, Gonxha llegó a Calcuta y adoptó el nombre de Sor Teresa. Tras hacer sus primeros votos en 1931 y convertirse en Madre Teresa en 1937, dedicó años a enseñar en la escuela St. Mary’s para niñas en Calcuta, destacándose por su espíritu caritativo, valentía y capacidad organizativa. Sin embargo, en 1946, una experiencia mística la llevó a fundar una nueva congregación para servir a los más pobres entre los pobres.

En 1950, fundó oficialmente las Misioneras de la Caridad, dedicándose a cuidar enfermos, hambrientos y marginados en las zonas más pobres de Calcuta. La congregación creció rápidamente, extendiendo su labor por todo el mundo. En 1963, fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad, y con el tiempo, se sumaron ramas contemplativas y una orden de sacerdotes.

La Madre Teresa, aunque frágil de salud, nunca detuvo su misión. Viajó incansablemente, llevando su mensaje de compasión a todos los rincones del mundo. En 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor humanitaria con los más pobres. Falleció el 5 de septiembre de 1997, siendo despedida con un funeral de estado en Calcuta, al que asistieron miles de personas de diversas religiones.

En 2016, fue canonizada por el papa Francisco, convirtiéndose en Santa Teresa de Calcuta. Hoy, su legado sigue vivo a través de las Misioneras de la Caridad, que continúan su obra en 139 países, cuidando a los más necesitados, tal como lo hizo la Madre Teresa durante toda su vida.


 

Fuente: Misioneras de la Caridad.
Imagen: Fragmento de la fotografía «Encuentro Contacto Católicos Romanos en Utrecht; La Madre Teresa y Mons. Barra» (1988), por Rob C. Croes.

 

La santa del día: Santa Irma

La santa del día: Santa Irma

Miércoles 4 de septiembre: Santa Irma, condesa que distribuyó su riqueza para beneficencia. Sus restos descansan en la Catedral de Colonia.


Santa Irma o Irmgarda de Colonia, nacida en Süchteln, Alemania, fue hija del conde Godizo de Aspel. En Rees, sobre la tumba de sus padres, construyó una iglesia en honor a la Virgen y distribuyó su riqueza entre hospitales, iglesias y obras de beneficencia.

En 1049, el papa San León IX la visitó en Aspel. Poco después, Irma dejó su hogar y se hizo ermitaña. Tras un peregrinaje a Roma, se trasladó a Colonia, donde, en su segundo viaje, trajo tierra del cementerio de Santa Úrsula, que milagrosamente se transformó en sangre.

Falleció en 1089, probablemente el 4 de septiembre en Colonia, donde su tumba se encuentra detrás del altar mayor de su hermosa catedral gótica. Fue venerada como santa desde 1319, y su culto se extendió en Colonia, Rees, Süchteln y Aspel.


 

Fuente: Santi e Beati.

 

El Santo del Día: San Gregorio Magno

El Santo del Día: San Gregorio Magno

Martes 3 de septiembre: San Gregorio Magno, el primer monje en ocupar el trono papal. Doctor de la Iglesia y uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia occidental.


San Gregorio, también conocido como Gregorio Magno o Gregorio el Grande, nació en Roma, probablemente en la familia patricia de los Anicia, y fue bisnieto del Papa Félix III y pariente del Papa Agapito I. Estudió gramática, retórica y administración, y a los 30 años fue prefecto de Roma, liderando su administración civil. Tras la muerte de su padre en 575, renunció a sus cargos y convirtió su hogar familiar en un monasterio benedictino.

En 579, fue enviado como diácono a Constantinopla para solicitar ayuda militar contra los lombardos, pero no tuvo éxito. A su regreso, fue elegido Papa en 590 durante una época de peste y desastre, convirtiéndose en el primer monje en ocupar el trono papal. Durante su papado, Gregorio destacó por su atención a la política, la iglesia y la asistencia social. Reformó la administración eclesiástica, prohibiendo la simonía y eligiendo cuidadosamente a los obispos según los principios de su Regula Pastoralis.

Gestionó vastas propiedades de la iglesia en Italia, Sicilia, Cerdeña, Galia, Dalmacia y África del Norte, utilizando sus ingresos para obras de caridad. Gregorio también jugó un papel clave en la cristianización de Inglaterra, enviando a Agustín de Canterbury y otros monjes para llevar a cabo misiones. Fue un firme defensor de la autoridad papal, oponiéndose al Patriarca de Constantinopla y reforzando la supremacía de Roma.

Gregorio promovió la vida monástica y las reformas litúrgicas, introduciendo los cánticos gregorianos y elaborando la lista de los siete pecados capitales. Su obra «Moralia in Job» y otros escritos teológicos influyeron profundamente en la Edad Media. Tras su muerte, fue recordado por su humildad, siendo venerado como santo y patrón de la educación. Fue declarado doctor de la Iglesia por el papa Bonifacio VIII en 1295. Es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia occidental, junto con Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Ambrosio de Milán.


 

Fuente: Ökumenisches Heiligenlexikon.
Imagen: Fragmento del óleo sobre lienzo «Los cuatro doctores de la Iglesia occidental: san Gregorio Magno» (entre 1600 – 1650), atribuido a Gerard Seghers.

 

El Santo del Día: San Moisés, legislador y profeta

El Santo del Día: San Moisés, legislador y profeta

Lunes 2 de agosto: Moisés, líder hebreo, liberó a su pueblo de Egipto, los condujo hacia la Tierra Prometida y recibió las Tablas de la Ley en el Sinaí.


Moisés, líder hebreo, legislador y profeta, nació en Egipto en el siglo XIV a. C, en una época de intensa persecución cuando el faraón ordenó la muerte de todos los varones hebreos recién nacidos. Abandonado en el río Nilo para salvar su vida, fue rescatado por la hija del faraón y criado en la corte. Años después, tras matar a un egipcio para defender a un hebreo maltratado, Moisés huyó a Madián, donde se casó con Séfora, hija de Jetró.

Mientras pastoreaba, Dios se le apareció en una zarza ardiente y le encomendó liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Con la ayuda de su hermano Aarón, Moisés confrontó al faraón, quien se negó a dejar partir a los israelitas, incluso después de las terribles Diez Plagas que azotaron a Egipto. Solo la última plaga, la muerte de todos los primogénitos, doblegó su voluntad, permitiendo la salida de los hebreos tras celebrar la primera Pascua.

Comenzó entonces un arduo viaje hacia la Tierra Prometida. Bajo el liderazgo de Moisés, los israelitas cruzaron el Mar Rojo y recibieron el maná del cielo como sustento. En el Monte Sinaí, Moisés recibió las Tablas de la Ley, un conjunto de normas fundamentales para su pueblo. Durante su travesía, los israelitas enfrentaron rebeliones y desafíos, pero Moisés intervino en cada ocasión para salvarlos.

Debido a su falta de confianza en Dios en las «Aguas de la Contradicción», Moisés fue condenado a no entrar en la Tierra Prometida. Después de derrotar a los amorreos y moabitas, los israelitas llegaron a las orillas del río Jordán. Moisés, tras pronunciar tres discursos finales, murió en el Monte Nebo y fue enterrado en el valle de Moab en un lugar desconocido. La tradición hebrea sostiene que no hubo otro profeta en Israel como Moisés.


 

Fuente: CatholicSaints.info.
Imagen: Fragmento del óleo sobre lienzo «Moisés y las tablas de la ley» (1624), por Guido Reni.