Miércoles 28 de agosto: San Agustín, uno de los más influyentes pensadores cristianos, Doctor de la Iglesia, su regla dio vida a la Orden de los Agustinos.
Agustín de Hipona, uno de los más influyentes pensadores cristianos, nació en 354 en Tagaste, al norte de África, en lo que hoy es Argelia. Hijo de Patricio, un no creyente, y Santa Mónica, una ferviente católica, su vida estuvo marcada por un constante viaje espiritual y académico. Aunque su madre lo inscribió como catecúmeno en su infancia, su bautismo se pospuso según las costumbres de la época.
Dotado de una mente inquisitiva y carismática, Agustín buscó una carrera que le brindara fama y riqueza, lo que le llevó a estudiar en Tagaste y luego en Cartago, donde se convirtió en maestro de retórica. Más tarde, enseñó en Roma y Milán. Sin embargo, el ejemplo y las oraciones de su madre, Mónica, jugaron un papel crucial en su conversión al cristianismo. A los 33 años, fue bautizado por el obispo Ambrosio de Milán.
Tras su conversión, Agustín decidió vivir en celibato, renunciando a su vida anterior y optando por un estilo de vida monástico. Junto a su hijo Adeodato y su amigo Alipio, fundó una comunidad monástica en su ciudad natal. En un viaje a Ostia, cerca de Roma, su madre Mónica falleció tras haber visto la plena conversión de su hijo.
De regreso a Tagaste, Agustín continuó su vida de oración y reflexión. En Hipona, donde fue nombrado sacerdote y luego obispo, fundó otra comunidad monástica.
Durante sus 35 años como obispo, viajó a numerosos concilios y escribió más de doscientos libros y mil sermones, dejando un legado intelectual y espiritual duradero.
En 430, mientras Hipona era asolada, Agustín enfermó y pasó sus últimos días rezando los salmos penitenciales. Murió el 28 de agosto de ese año. Sus restos, trasladados posteriormente, descansan en la Basílica de San Pietro in Ciel d’Oro en Pavía, Italia. Fue proclamado Doctor de la Iglesia por el papa Bonifacio VIII en 1295.
Fuente: La Orden de San Agustín.
Imagen: Fragmento de «San Agustín en su celda» (entre 1490-1494), por Sandro Botticelli.