Miércoles 14 de agosto: San Maximiliano María Kolbe, se ofreció para morir en lugar de otro prisionero en Auschwitz. Fue canonizado en 1982.
El 30 de julio de 1941, un prisionero escapó del campo de concentración nazi de Auschwitz, desatando una brutal represalia. El comandante del campo ordenó que diez prisioneros del bloque catorce fueran seleccionados para morir de hambre en un búnker. Uno de los seleccionados, desesperado, gritó que nunca volvería a ver a su familia. En ese momento, otro prisionero se adelantó y ofreció tomar su lugar.
Cuando el comandante le preguntó quién era, respondió con firmeza: «Soy un sacerdote católico«. Así, el padre Maximiliano María Kolbe asumió el lugar del condenado.
Nacido en Polonia en 1894, Kolbe ingresó a los 16 años a la Orden de Frailes Menores Conventuales, convirtiéndose en un ferviente religioso, dueño de una gran capacidad organizativa. Fundó el movimiento Caballeros de la Inmaculada y la Ciudad de la Inmaculada, una comunidad que llegó a albergar a 700 frailes. También estableció una fundación en Japón.
Regresó a Polonia en 1939, en plena invasión nazi. En 1941 fue arrestado y enviado al campo de concentración de Auschwitz. En el «búnker la muerte» donde se encontraban los diez prisioneros escogidos en venganza por el que había escapado, el franciscano Kolbe lideró a sus compañeros en oración hasta que, tras dos semanas, fue ejecutado con una inyección de ácido carbólico. Fue beatificado por el Papa Pablo VI en 1971 y canonizado en 1982 por el Papa Juan Pablo II, quien lo proclamó «confesor y mártir de la caridad».