Ismael, hijo del patriarca Abraham. Su descendencia formó la tribu ismaelita que dio origen a las distintas tribus árabes.
En Calcedonia y Bitinia, San Ismael fue conocido junto a sus hermanos Manuel y Savelio, por su deseo de paz entre Juliano el Apóstata y el rey de Persia. Educados bajo la guía del preceptor Eunoico, recibieron una sólida formación cristiana y una amplia cultura.
Hijos del patriarca Abraham y de su concubina Agar, los tres hermanos buscaban humanizar a los pueblos. Sin embargo, su testimonio de vida los llevó a ser acusados injustamente de incendiar el templo de Apolo. A pesar de la farsa de los interrogatorios, fueron martirizados el 17 de junio del año 326.
Ismael, además de su legado espiritual, tuvo doce hijos, cuyos descendientes, los ismaelitas, se establecieron entre Egipto y el golfo Pérsico. Tribu fundamental en Arabia del Norte, Mahoma lo incluyó en su genealogía como padre del pueblo árabe. En el islamismo, se le reconoce por ayudar a Abraham a construir la Kaaba, el lugar sagrado y de peregrinación en La Meca.