San Heriberto, arzobispo piadoso de Colonia, a la vez que canciller del Sacro Imperio Romano Germánico. Venerado por su piedad y generosidad hacia los pobres.
Heriberto, una figura destacada en la historia eclesiástica y política del siglo X. Educado en prestigiosas instituciones religiosas, su ascenso fue meteórico. Su influencia fue innegable, desde sus roles iniciales en la catedral de Worms hasta convertirse en arzobispo de Colonia bajo el patronazgo de Otón III.
Como canciller del Sacro Imperio Romano Germánico, Heriberto desplegó habilidades diplomáticas cruciales en un período de transformación política. Su elección como arzobispo de Colonia durante una campaña militar en Italia refleja su estatura tanto religiosa como política.
Participó en eventos clave como la apertura de la tumba de Carlomagno, marcando su participación en momentos históricos cruciales. A pesar de tensiones con Enrique II, su apoyo a la fundación del obispado de Bamberg demostró su compromiso con la expansión eclesiástica.
Pero su verdadero legado radica en su devoción y generosidad hacia los menos afortunados, atribuida a numerosos milagros que lo llevaron a la santidad. La fundación de abadías y monasterios bajo su influencia es prueba de su profundo impacto espiritual en la región. Fue canonizado en 1147
Fuente: Ökumenisches Heiligenlexikon