Viernes 21 de febrero: San Pedro Damián, cardenal-obispo de Ostia y maestro del ars scribendi, impulsó la reforma eclesiástica del siglo XI.
San Pedro Damián, nacido en Rávena en el año 1007, fue una figura influyente del siglo XI. Conocido por su amor a la soledad y su firme compromiso con la reforma eclesiástica, combinó la vida monástica con una labor incansable dentro de la Iglesia.
Desde joven, Pedro Damián demostró gran talento académico. Se formó en Faenza y Parma, donde se destacó como maestro y experto en la «ars scribendi». Su vasto conocimiento de los clásicos latinos lo convirtió en uno de los escritores más brillantes del Medievo. Su producción literaria incluyó cartas, sermones, hagiografías y poesía, en los que reflejaba su sensibilidad espiritual y teológica.
Atraído por la contemplación y el ascetismo, ingresó al monasterio de Fonte Avellana, donde promovía una vida de oración, ayuno y estudio de la Sagrada Escritura. La cruz de Cristo fue el centro de su espiritualidad, considerándola el símbolo supremo del amor divino.
En 1057, el papa Esteban IX lo nombró cardenal-obispo de Ostia, lo que lo llevó a liderar reformas contra la corrupción eclesiástica. Pese a su deseo de volver a la vida monástica, sirvió a la Iglesia hasta su muerte en 1072.
Fuente: Audiencia general del Papa Benedicto XVI del 09/09/2009.
Imagen: Fragmento del óleo «San Pedro Damián» (siglo XVIII), por Andrea Barbiani.
